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13 diciembre, 2020Qué hay de cierto en ‘Halt and Catch Fire’, la serie sobre la popularización de la informática
Halt and Catch Fire es una serie estadounidense que sigue a un grupo de informáticos y emprendedores dispuestos a cambiar el mundo con sus creaciones, ya sea construir un ordenador más ligero y barato, crear comunidades de juego online o pensar en empresas globales donde todo el mundo es importante. Se trata de personas que persiguen sus sueños, capaces de montar revoluciones desde un pequeño rincón del mundo.
Evidentemente, se trata de una ficción, y las relaciones entre los personajes y su evolución es tan importante como los hechos que se narran. Sin embargo, hay muchas similitudes entre las aventuras (y desventuras) de este grupo de soñadores y la realidad histórica.
***SIN SPOILERS. PUEDES SEGUIR LEYENDO***
La trama de Halt and Catch Fire se sitúa a principios de los años 80 en Dallas, una de las ciudades de Estados Unidos conocida como Silicon Prairie -la “pradera de silicio”, en referencia al “valle de silicio” que es Silicon Valley. Más en concreto, se trata de Dallas-Fort Worth, una zona en la que se han desarrollado muchas empresas tecnológicas, aunque esté a la sombra de la región de San Francisco.
Los protagonistas de la serie son tres informáticos, dos ingenieros especialistas en hardware, el matrimonio Gordon y Donna Clark (interpretados por Scoot McNairy y Kerry Bishé), y una programadora brillante, Cameron Howe, interpretada por Mackenzie Davis. El cuarto elemento es Joe MacMillan (Lee Pace), un implacable comercial sin el cual la genialidad de sus compañeros no hubiera llegado a nada.
Gracias a esos cuatro personajes podemos ver distintos desarrollos en el mundo de la informática en los años 80, una época clave para ese negocio. Así, por un lado, vemos cómo quieren crear computadoras para todo el mundo, más utilitarias y accesibles -más pequeñas, más baratas-, y también los comienzos de la industria del juego online gracias al particular proyecto de Howe. Igual de importante es el papel de MacMillan; él no construye o crea, pero es quien tiene la visión. Este personaje es el que nos enseña estrategias de marketing o cómo se desarrolla un plan de negocio en un entorno de desarrollo tecnológico; a través de él se nos descubre un cambio en la manera de pensar, del pasado al futuro, de empresas tradicionales y familiares a tener una visión más amplia y global.
En Halt and Catch Fire no se hace tanto hincapié en la parte científica -aunque sí aparecen algunos tecnicismos-, sino más en el lado humano y social del desarrollo de la informática para usuario de comienzos de los años 80.
Parte de la trama de la serie, aunque los personajes y la mayoría de la historia es inventada, está basada en hechos que realmente sucedieron, además de que constantemente se mencionan empresas, publicaciones o personas reales.
COMPAQ vs. IBM
La primera temporada de la serie se centra en los esfuerzos de Cardiff Electric por construir un ordenador portátil, que sea ligero y económico, y cómo venderlo cuando eres una compañía pequeña. Esta empresa es ficticia, pero es muy parecida a Compaq, que sí existió en los años 80. Los fundadores de esta compañía utilizaron la ingeniería inversa para crear un portátil que fuera compatible con los programas de IBM, que en aquel entonces dominaba el mercado. Para poder hacerlo sin ser acusados de copiar la máquina de IBM, uno de sus expertos se encargó averiguar qué hacía y cómo se comportaba el sistema, y se lo transmitió a otra persona que se encargó de desarrollar el software sin haber visto nunca el código original de IBM.
Creando comunidades online
Los orígenes de los videojuegos en línea se remontan a los años 70, con las redes de PLATO System, desarrollado en la Universidad de Illinois. Pero, realmente, su popularización llegó mucho más tarde. En los años 80, jugar o conectarse con otras personas en línea empezó a ser una realidad, pero todavía era algo limitado a grupos de geeks. Ya en los años 90, con la introducción de Internet, se empiezan a crear verdaderas comunidades de juego online. En este desarrollo tuvieron mucho peso los videojuegos, pero también plataformas como las de poker online, que ofrecían partidas sin o con bajo costo y abrían esta tecnología a un nuevo público.
En Halt and Catch Fire se ven los inicios de esas comunidades online a través de los proyectos de Cameron Howe y Donna Clark en la segunda temporada. Mientras una está más centrada en los juegos, la otra apuesta por la comunicación, los chat-rooms.
Esa disyuntiva sobre si utilizar la conexión en línea para jugar con otros o simplemente compartir mensajes y crear un sentimiento de comunidad, ya se planteó con PLATO System. Este sistema permitía a los alumnos de la universidad jugar entre sí desde localizaciones distintas, y también permitió desarrollar Talkomatic, el primer sistema de chat online del que se lanzó una versión web en 2014.
Cameron crea un par de juegos que también tienen inspiración en la vida real. Su Parallax es muy similar a Colossal Cave Adventure, el primer juego de aventura con comandos de texto. Y más tarde piensa en un shooter en primera persona que resulta parecido a Maze War, el primer videojuego de este tipo.
A medida que avanza la trama, iremos viendo cómo aparecen otras cuestiones importantes, más alejadas de esos sueños iniciales, que tienen que ver con la seguridad o el poder de los gigantes tecnológicos. De las ideas que nacen en los garajes de pequeños genios a grandes multinacionales que mueven millones de dólares, ¿les suena?
La serie de AMC, responsables también de Breaking Bad o Mad Men, no deja nada al azar, y cuenta con una excelente ambientación artística y recreación histórica gracias a la gran labor documental que hay detrás. De hecho, muchos críticos han bautizado la serie como “el Mad Men de la informática”.